Festival Argentina Vibra en Son Fusteret

Casi 4.000 hinchas acudieron un año más al llamado del rock punkmetalero y épico, sentido y emocionante, saltarín y gritón, es decir del pop, rock, ska, reggae y metal intrínsecamente argentino. La primera de citas del amplio calendario musical de Son Fusteret volvió a confirmar el gran tirón popular entre la parroquia venida y también la residente. La media de edad artística —jóvenes fichajes y sustitutos aparte— no fue cortapisa, sino más bien aseguró el alcance a varias generaciones.

Estelares abrieron estelarmente, esto es, con puntualidad relojera y actitud impecable pese a la solana picante y la escasez de público. Perfectos en su función de apertura y sobre todo chapeau a su talante. Los Tipitos encajan en la liga del menor decibelio y mayor emotividad, y clavaron su mensaje por capacidad sobrada de recursos. Con Buitres llegó la primera hipersatisfacción, tanto para quienes les conocían como para los que no: vaya bolaco. Salieron furibundos y zurraron poderosamente. No soltaron canciones sino ganchos y derechazos.

2 Minutos hicieron honor beodo o lo que fuera a su leyenda: salieron salidísimos, lo que se tradujo en puro punk de resultado intachable. Si el de Buitres fue un conciertazo de carácter, este también, solo que en las antípodas de metodología. Para los arreones finales, primero los históricos Los Fabulosos Cadillacs en modo banda completísima. La multitud en escena desbordó un caudal amplísimo, muy sabio, en un directo big-band-rock-ska ejemplar. Cerraron los igualmente históricos Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, canónicos en su navegación desde el quasi metal hasta el quasi almíbar. Concierto algo irregular (demasiadas pausas largas entre temas; pantalla de vídeo desincronizada, luces oscuramente erráticas), hicieron remontar a quien ya acusase agujetas en cualquier parte y órgano del cuerpo, como también supieron cerrar grandemente la primera de las citas grandes de este gran espacio.